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domingo, 10 de noviembre de 2013

Sopa Económica

Bodegón, Meléndez (finales S.XVIII)
Las malas cosechas y la inestabilidad del comercio, entre otros factores, que se sucedieron en los años finales del siglo XVIII, provocaron una escasez de recursos en muchos lugares de Europa. Una carestía de alimentos que llevó a que en las grandes ciudades se produjera un aumento de la pobreza con la consecuente indigencia y delincuencia.

Fue entonces cuando el Conde de Rumford (conocido de este Blog) propuso un programa amplio y novedoso en Munich para “abolición de la mendicidad y socorro de los pobres.”

Para muchos lo que más atrajo la atención de su detallado programa fue el que afirmaba “alimentar a los necesitados a muy poca costa”. Su método conseguía que se cocinase para muchas personas utilizando un sistema de hornillas con el menor gasto posible de leña (lo cual empezaba a ser importante), pues, era  un combustible caro a la vez que escaso debido a que la deforestación empezaba a ser ya alarmante.

De esta manera se conseguía  “a un precio ínfimo un alimento sólido y agradable, el pobre vergonzante recibía auxilio sin tener que pedir, el peón encontraba socorro para su familia”.

Este sistema consistía en una subscripción que los pobres podían pagar barato, y los ricos podían comprar y  distribuir a los pobres en  bonos como limosnas, en lugar de dinero en metálico.

Las necesidades de artesanos pobres y mendigos, hicieron que a finales del siglo XVIII los gobiernos e instituciones de diversas ciudades europeas como Londres, París, Ginebra, Lausana, Zurich, Marsella y Verona establecieran  las “cocinas a la Rumford”  para el auxilio público.

La cocina Rumford tenía como resultado una sopa compuesta de cebada mondada, guisantes, patatas, vinagre, agua y sal junto a unas rebanadas de pan duro o tostado, aunque también otros añadían habas, lentejas, algo de carne e incluso arenques machacados.

En el año 1800 aparecieron  en la prensa española varios artículos en relación a los “Ensayos políticos, económicos y filosóficos” del distinguido Conde de Rumford. Los ilustrados hacían difusión de dicho método donde exponía la manera de alimentar a los necesitados a bajo coste (la sopa económica), con alimentos baratos y nutritivos mientras que al utilizar sus modelos de hornillas se conseguía economizar en combustible y tiempo de elaboración.

En los años siguientes se continúan propagando noticias e ideas de dicho sistema. En 1802 se publica en el Semanario de Agricultura “Instrucción breve para la sopa económica”, donde se explicaba la manera de prepararla al estilo de París para socorrer a los pobres.

En 1803,  una  Real Orden autorizaba la distribución de sopas económicas en el Reino de España, debido a la dureza en la carestía de alimentos y el hambre entre las clases bajas de la población.

Ese mismo años la Sociedad Económica Matritense, defensora y difusora de las teorías del conde de Rumford y correspondiendo a la Real Orden, publica “Ensayos de comidas económicas a la Rumford”.

Comida económica a la Rumford
Esta publicación presentaba: dos potajes o sopas, una menestra, unas albondiguillas y un pudding de patatas (que se podía sustituir por nabos o calabaza). Eran  cinco recetas para “componer de modo que agraden al pueblo español y al mismo tiempo sean sanas y nutritivas.” 

En el método propuesto por la Sociedad matritense, las patatas, las cebollas,  alguna verdura y muchas especias, estaban incluidos como principales ingredientes de unos alimentos considerados baratos y asequibles en cualquier lugar del reino.

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de este sistema, diversos factores como adaptarse al sabor de las comidas elaboradas (ya que se rechazaban por ser muy agrias) y su poca “consistencia” hicieron que fuera difícil su aceptación por  los usuarios.

Si unimos a lo anterior la tardanza en poner en marcha el sistema al no encontrar un sitio adecuado, las dificultades para su financiación, e incluso la falsificación de las tarjetas para recoger la comida, hicieron que estas experiencias funcionaran poco tiempo en los lugares de Europa donde se establecieron.

Con todo ello, la “sopa económica” o “potaje a la Rumford” fueron algunos de los nombres con los que se conoció este procedimiento de respuesta civil a la pobreza y mendicidad, y uno de los primeros antecedentes a los servicios de comedores sociales o comunitarios actuales.





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