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domingo, 31 de agosto de 2014

Unos refranes

Considerados muchos de ellos en el siglo XVIII como enseñanza moral o como sentencias populares, reflejaban también un modo de pensar basado en la observación y la experiencia de los años.

Y aquí os presento una muestra de los refranes utilizados hacia 1800, siendo la mayoría de ellos poco conocidos actualmente.


Merienda a orillas del Manzanares, Goya
El que a casarse se apresta, elija mujer honesta.

De ligero enamorarse, es por necio reputarse.

En los adornos profanos, hállanse mil gastos vanos.

No se hacen las bodas de hongos, sino de pesos redondos.

Siendo cosa que no dura, seguir la moda es locura.

Las visitas continuadas, son terribles bofetadas.

El hacerse de rogar, es causa de despreciar.

El hablar con la cabeza, denota grande rudeza.

Ni subirse, ni bajarse, sí solo en su esfera estarse.

Respetando a tus mayores, háranlo tus inferiores.

Ser viejo en la juventud, tiene parte de virtud.

Quien nota defecto ajeno, ese está de ellos más lleno.

Ni el ausente está sin culpa, ni el presente sin disculpa.

El que quiera vivir sano, hágase viejo temprano.

Si quieres labrar tu fama, no te de el sol en la cama.

El que paga bien por mal, atesora gran caudal.

Quien tiene de vidrio el trato, quiébrale muy de barato.

Necios hay de doce en doce, más ninguno los conoce.

Dichosos y hechos sublimados, hacen hombres consumados.

La lengua desenfrenada, espada desenvainada.

No se ganó Zamora en una hora.

Viene ventura a hombre que la procura.

La perseverancia toda cosa alcanza.

Quien ha oficio, ha beneficio.

Quien adelante no mira, atrás se queda.







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