Autorretrato en el Taller, Goya. 1795 RABASF |
¿Quién mejor para la entrada número cien de este blog que el universalmente reconocido Francisco de Goya? Un pintor que retrató la aristocracia y los políticos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX y que representó las más variadas escenas populares, además de temáticas como la religiosa que son utilizadas a veces para la ilustración de este blog.
Este genial artista zaragozano, está considerado uno de los más destacados pintores de la historia, complejo en la representación de algunas de sus obras (ilustrando despiadadas metáforas del ser humano) y extraordinario en la plasmación de la realidad social y psicológica de su época.
Francisco de Goya nació en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746, siendo el cuarto hijo del maestro dorador Joseph Goya y de Gracia Lucientes. Destacando como personas más influyentes en su carrera profesional Antonio Mengs y su cuñado Francisco Bayeu.
Con Josefa Bayeu tuvo siete hijos del que sólo le sobrevivió Francisco Javier.
Goya 1800, Museo Castres |
Obtuvo varios méritos profesionales, pero es en 1789 cuando obtiene el más alto galardón en su carrera, al ser nombrado Pintor de Cámara de los reyes y por lo tanto el encargado de realizar los retratos de los recientes nuevos monarcas (Carlos IV y María Luisa).
Viajó y se instaló en diversos lugares, Zaragoza, Valencia, Andalucía, Madrid, Italia. En 1792 sufre una grave enfermedad de la que quedó sordo.
En el terreno personal, los acontecimientos más importantes del año 1800 fue la subasta judicial de su casa familiar y el cambio de domicilio dentro de la misma ciudad de Madrid, y en cuanto a su faceta artística destacan los retratos de la Condesa de Chinchón (mujer de Godoy) y el retrato de Ferdinand Guillermardet, y en especial la obra considerada el culmen de los retratos que había realizado hasta el momento, la Familia de Carlos IV.
Goya fue testigo de importantes cambios históricos y políticos en nuestro país (cambio de régimen, invasión napoleónica), retrató a tres reyes borbónicos (Carlos III, Carlos IV, Fernando VII), además de la sociedad de finales de siglo XVIII y fue después de una extraordinaria carrera profesional, que muere en la ciudad de Bayona en 1828. Sus restos son trasladados en 1901 a Madrid y es enterrado más tarde en la Ermita de San Antonio de la Florida, un lugar que decoró siendo Pintor de Cámara con pintura mural.
Su obra está representada en diversos museos del mundo, pero por fortuna para los españoles, es principalmente el Museo del Prado el que conserva la más variada e importante colección de sus cientos de pinturas, aguafuertes y dibujos de este autor.
Desde este momento, las siguientes entradas de este blog se publicarán con una periodicidad quincenal.