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domingo, 28 de julio de 2013

El chocolate: producto exquisito

Ya en el año 1800 el chocolate era un producto muy popular en todas las capas sociales, llegando a ser común en reuniones sociales o familiares, al considerarse una bebida nutritiva y reconstituyente, que curiosamente se ofrecía en establecimientos como boticas, lonjas o tiendas junto a vinos, sedas, pomadas, fideos o figuras de cartón para peinados.
Bodegón con servicio de chocolate, Meléndez
Museo del Prado









Con un precio en el mercado de 15 a 17 reales la libra, su composición se basaba en cacao y azúcar al que se le añadían especias como la canela o vainilla e incluso pimienta para quitar el amargor y aromatizarlo. De esta manera se vendían al estilo “de Santander”, “de Burgos” o ”de Zaragoza”.

A finales del siglo XVIII llegaban a nuestro país para elaborar el chocolate, barcos cargados con fanegas de cacao, desde Caracas, Guayaquil, Veracruz, Montevideo, Soconusco, la Habana o Marañón.

Durante estos años era tan común el consumo del chocolate que incluso el recipiente con el que se tomaba, jícara, se utilizaba coloquialmente como medida para otros líquidos. “tómese una jícara de chocolate de este jarabe”.

Un ejemplo de la consideración del cacao (elemento base del chocolate) es la aparición en 1800 en España, de una publicación de la Sociedad Económica de Guatemala sobre el fomento de las cosechas de cacao, con el que se intentaba restablecer este cultivo que se había perdido en aquellos lugares y plantar nuevos cacaoteros que eran un ramo de la agricultura de mucha importancia en América.

Otro ejemplo de la creciente estima por el chocolate lo demuestra el que en 1801 se convocaran premios desde la Real Sociedad Económica Mallorquina para el estudio y la instalación de una tahona para moler el chocolate en Mallorca (de la elaboración artesanal se había pasado a la mecánica) habiendo encontrando que las únicas que existían fueran las del Colegio de Confiteros de Barcelona.

Como dato curioso de aquellos años, y que en la actualidad nos puede sorprender, es la ocupación de chocolatero-cerero. En los diarios de 1800 y principios del XIX se encuentran muchos anuncios solicitando empleo como “confitero, sabiendo labrar cera y chocolate”.

En la tienda de géneros comestibles darán razón de un mozo asturiano que sabe trabajar perfectamente de confitero, labrar cera y chocolate, el que solicita su colocación, tiene quien le abone.”  Diario de Madrid 11/5/1800

La explicación de este doble empleo (fabricante de velas- chocolatero) se debía a que el el confitero-cerero utilizaba los panales tanto para extraer la miel para los pasteles, como la cera para luego elaborar las velas, así cuando llegó (en el siglo XV) el chocolate a España, es este gremio el que se siguió encargando de elaborar las velas y también el chocolate.

En la actualidad, el chocolate ha variado si lo comparamos con el que se consumía en aquellos años principalmente en cuanto a técnicas y posibilidades de presentación, pero también es cierto que sigue siendo popular y considerado un producto exquisito.


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