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domingo, 29 de junio de 2014

La publicidad: Un anuncio de perfumería

Este es uno de los más modernos anuncios publicitarios que aparecieron en 1800 y  en el que se apreciaba de manera muy clara y gráfica los productos más destacados de una perfumería (que estaban detallados “a una página”).

Se ofrecían géneros de “todo quanto pertenece al tocador”: “rosa para los labios” o ”pomadas refrescantes de pepinos y caracoles”(como vemos no es algo tan novedoso como ahora se anuncia), “verdaderas pomadas de tuétano de vaca” o  "manteca legítima de oso para que crezca el pelo y se conserve”, así como “pastas de miel buena para curar las grietas de las manos”,  “esponjas finas y elixires para los dientes" o  "aguas de olores".




domingo, 22 de junio de 2014

Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos

Ejemplar de Semanario de agricultura y a. d. a p.
Fue creado en 1797 por Manuel de Godoy (entonces Secretario de Estado) para el fomento de la agricultura, así como para la difusión de las producciones de nuestro país, y los adelantos (científicos y de manufacturas) de otros países.

Este era el primer periódico español que se dedicó propiamente de la agricultura, además de exponer en sus páginas importantes y novedosos artículos sobre la ciencia y medicina de la época.

Los párrocos fueron el instrumento elegido para difundir los adelantos en agricultura y en industria ya que sabían y estaban acostumbrados a leer y además se localizaban en todos los pueblos de nuestro país(cerca de los agricultores y artesanos).

a los párrocos para que, sirviéndoles al mismo tiempo de lectura agradable, excite freqüentemente su zelo a fin de que comuniquen a sus feligreses los adelantamientos, las mejoras, industrias e invenciones que se publiquen, bien seguros de que se irán aprovechando de ellas”.

Haciendo que los pueblos y los labradores no estén como aislados, y entregados a sí mismos, siguiendo la rutina de sus mayores sin adelantar un paso”.

En muchos de sus artículos colaboraron eclesiásticos y laicos a través de escritos dirigidos al editor  y en las que muchas veces invitaban a cambiar hábitos antiguos y desfasados en la agricultura.

En 1800,  se publicaron artículos de conocimientos médicos y veterinarios, sobre la agricultura de nuestro país (chufa, sésamo, trigo, cáñamo) y de otros países (zulla en Nápoles, algodón en Sicilia, cacahuete en América), pero también artículos instructivos como el modo de hacer tintes y  peculiares como el modo de preparar la miel para confituras o cómo hacer el queso parmesano.

Con un repertorio variado de temas a la par que interesante, esta publicación (que contenía 16 páginas cada ejemplar) puso una especial atención en la mejora del medio rural, a la vez que un expreso interés en el desarrollo económico de nuestro país.


domingo, 15 de junio de 2014

"Callejeros viajeros": Japón 1800

Puerto de Nagasaki

Japón era en 1800 un conjunto de islas tan inaccesible que se decía entonces que la naturaleza “pretendió hacer un pequeño mundo separado e independiente de todo el universo”.

Un país cerrado a la comunicación con otros países (prohibía la entrada de los extranjeros en el reino) y que  sólo el puerto de Nagasaki permitía anclar los navíos mercantiles (que solían ser holandeses con quienes se comerciaba de manera más activa).

Los japoneses eran considerados  gentes generosas, reservados en palabras, de costumbres sobrias, amantes de su patria, amables y muy religiosos.

Ciudades importantes eran junto a  la lujosa Osaka, la ciudad de Meaco (kyoto), con multitud de templos y monasterios y el centro de comercio de todas las islas, donde además se acuñaba la moneda y se fabricaban las telas más ricas, elaboraban los mejores tintes y se producían los objetos mejor refinados, y la ciudad de Jedo (Tokio), la mayor del imperio, con gran variedad de tiendas y bellos edificios, el centro económico y cultural del país que albergaba la residencia de los señores feudales y del shogun (gobernante del país).

En los extremos de las calles se habían construido fuertes puertas que se cerraban por la noche, junto a los utensilios necesarios para apagar los incendios (que fueron devastadores y muy comunes durante años, por lo que en los techos de las casas de Meaco-Kyoto- tenían en el techo un depósito de agua para el caso de incendio).

Las casas solían ser bajas, construidas en madera de cedro o pino y barro, con estrechas puertas desde donde se podía ver trabajar a los artesanos y a los comerciantes que mostraban sus mercaderías.

En todas las ciudades había un paraje para las cortesanas que se alojaban en casas muy adornadas y destacadas. Estas cortesanas procedían de familias pobres que las enviaban desde muy pequeñas a estos burdeles y que las instruían  en “cantar, bailar y escribir cartas amorosas”.

Mientras algunos distinguidos señores viajaban en palanquín con una amplia comitiva de criados y pajes, en las casas de postas que había por los caminos (y que suministraban de caballos a los viajeros), se encontraban sillas de manos (enrejadas de bambú) y mozos para llevar al viajero.

El alimento más común entre los japoneses era el arroz (que dejaban cocer hasta hacer una masa dura que usaban en vez de pan), además del pescado (principalmente la carne de ballena, ostras y maricos) y las hierbas y raíces silvestres (que cocían con agua y sal y sazonaban con salsa de harina de habas), las plantas marinas y el sake (cerveza de arroz), además del te.

Los trajes de los ricos japoneses (que se diferencia poco de los chinos) consistían en una o varias túnicas anchas con manga y colas muy largas (que podía ser de ricas telas con adornos en oro y plata). Los calzones (que pasaban de las rodillas), además de botines y pantuflos. Como adornos usaban el abanico y sable o puñal. Mientras tanto el común de la gente usaba una túnica que “no pasa de la mitad de la pierna y sus mangas no baxan del codo” ceñida con un cinturón, unos botines y sandalias de cuero, junco o madera. Era característico entre “los importantes” el rapado de “lo alto de la frente

Las mujeres, se vestían con túnicas similares a las de los hombres y sus peinados consistían en recogidos atravesados por una aguja, utilizando las damas distinguidas lujosos rascamoños y elaborados adornos.

Un lejano país que sorprendía al europeo en sus usos y costumbres como que: se vestían y peinaban de manera distinta,  el negro era el “color del regocijo”, en medicina no usaban de las sangrías y purgantes (comunes en Europa y América) sino de aguja (acupuntura) y fuego (moxa), dormían en finas esteras en el suelo, eran en extremo ceremoniosos y callados o consumían habitualmente plantas marinas.




domingo, 8 de junio de 2014

Discurso sobre la mendicidad


Se ofrece medalla a la memoria sobre los varios sistemas establecidos en el mundo conocido para socorrer y extinguir a los mendigos o disminuir considerablemente su número.”
Los pobres en la Fuente, Goya

Durante el año de 1800 fueron apareciendo en la prensa española convocatorias a premios de memorias o discursos para abolir la mendicidad en nuestro país, como en años anteriores otros países también lo hicieron.

Los inviernos rigurosos, la inestabilidad en el comercio, la abundancia de forasteros que acuden a las grandes urbes buscando ocupación, el importante número de criadas abandonadas por su avanzada edad y de empleados con poco salario, unido al aumento de impuestos en artículos de primera necesidad (subida de precios en el pan y alquileres) y la “inclinación de los hombres a la ociosidad”, fueron las principales causas que se justificaban para la pobreza en los años de finales del siglo XVIII.

Esta problemática que existía en muchos países de Europa, principalmente en las grandes ciudades, y afectó principalmente a mujeres y niños, propició la convocatoria de premios a memorias y discursos dirigidos a la extinción de la mendicidad.

Durante años se proclamaron leyes que prohibían mendigar (multas, cárcel, reclusión en islas y destierro) pero llegaban a ser remedios paliativos e insuficientes o poco durables. Otras veces se establecieron hospicios generales o grandes casas de misericordia donde se recogía a pobres y desvalidos ocupándolos en oficios pero la insalubridad de las instalaciones, la dificultad de alimentarlos a todos y los precios más bajos con los que se sacaban las manufacturas que producían provocaron la ruina de muchos artesanos de las ciudades.

En aquellos tiempos Holanda, Flandes, Alemania y Suiza habían optado por un sistema de "limosna general"(colecta) para sustentar a pobres inválidos, aliviar a los enfermos (con hospitales o personas contratadas) y proporcionar trabajo a otros, a la vez que se instalaban casas de reclusión para mendigos obstinados y personas peligrosas e incorregibles (a pan y agua e incluso  el cepo).

Con este nuevo sistema contra la indigencia en algunas ciudades europeas se construyeron establecimientos de caridad, financiados por las limosnas de las iglesias, rentas para el socorro de pobres y colectas particulares, que administrados por un grupo de personas (administrador, celadores, médicos y cirujanos), junto a un exhaustivo registro de pobres, velaba de cuidar los recursos y conocer las distintas necesidades de cada familia.

También se puso especial cuidado en que los hijos de los pobres aprendieran un oficio con que vivir, bajo la tutela de los artesanos de la ciudad (los niños) y con mujeres caritativas (las niñas). Para promover el ingenio y talento de los jóvenes aprendices se daban premios (medallas o vestidos).

Es curioso observar como en algunos escritos se decía  “Los niños de cinco a doce años han de ganar al menos la mitad de lo que necesiten para subsistir, los que pasen de doce años todo lo que gasten, y los padres deben compensar con su mayor ganancia lo que dejan de ganar los niños más tiernos”.

Un novedoso sistema de "caridad e industria" que se estableció en varios países en los años finales del siglo XVIII y  que se difundía en nuestro país (por los ilustrados) en el año de 1800 como el más idóneo para la riqueza del Estado.


domingo, 1 de junio de 2014

Los hermanos Humboldt

Alexander von Humboldt, 1806
De origen prusiano, los hermanos Wilhelm von Humboldt  y Alexander von Humboldt han sido conocidos y pasado a la historia como unos esforzados investigadores que aportaron  importantes conocimientos para su generación y  las generaciones venideras.

Dos hermanos que dedicaron su fortuna personal y muchos esfuerzos en  recorrer mundo y  costear expediciones con las que consiguieron ampliar  conocimientos para la humanidad. De esta manera mientras que Wilhelm von Humboldt dedicó su vida profesional a la investigación y estudio de la educación, las lenguas y la literatura además de la política; su hermano menor Alexander está considerado uno de los más destacados exploradores de la naturaleza y la geografía mundial.

Entre los años 1799 y 1800 Wilhelm era un experto en lenguas que interesado en nuestro país,  viajó por distintos lugares de España, estudiando el euskera y relacionándose con los intelectuales y la cultura española.
Wilhelm von Humboldt

Unos meses antes (en el mismo año de 1799), su hermano Alexander viajaba también a España para pedir permiso al rey Carlos IV y así poder explorar y divulgar la riqueza geográfica de las colonias españolas en América.

Una vez concedido el permiso del monarca español, Alexander zarpó desde La Coruña en la corbeta “Pizarro” en junio de 1799, realizando una expedición a las islas Canarias y más tarde continuando viaje por los que ahora son Venezuela, Cuba, Colombia, Ecuador, Perú y México en un periplo de más de diez mil kilómetros donde tuvieron que recorrer lugares inhóspitos y explorar territorios en los que pudo recoger gran cantidad de datos para la ciencia: plantas, animales, rocas y costumbres que quedaron plasmados en treinta volúmenes.

En el año 1800 Wilhelm tenía 33 años y recorría España, conociendo y  estudiando su cultura, mientras tanto Alexander con 31 años exploraba Venezuela y Cuba.

Muchos estudiosos y artistas han sido influidos por los escritos y aventuras de estos dos importantes investigadores: Wilhelm reformador del sistema escolar (destacando la  investigación) y fundador de la universidad de Berlín y Alexander considerado “el padre de la geografía moderna universal”.

Ha sido tan grande su legado, que hoy en día son muchos y variados los elementos a los que se les ha querido aplicar el honor de este ilustre apellido: calamar gigante de las costas peruanas y mexicanas, corriente oceánica de América del Sur, Cueva Sima de Venezuela, Instituto de Investigación de Colombia, Parque Natural de Venezuela, Parque Nacional de Cuba, Pico de Venezuela, río de Estados Unidos, Universidad de Berlín, localidades americanas y varios buques, así como becas que se honran con llevar el nombre Humboldt.