Este es uno de los más modernos anuncios publicitarios que aparecieron en 1800 y en el que se apreciaba de manera muy clara y gráfica los productos más destacados de una perfumería (que estaban detallados “a una página”).
Se ofrecían géneros de “todo quanto pertenece al tocador”: “rosa para los labios” o ”pomadas refrescantes de pepinos y caracoles”(como vemos no es algo tan novedoso como ahora se anuncia), “verdaderas pomadas de tuétano de vaca” o "manteca legítima de oso para que crezca el pelo y se conserve”, así como “pastas de miel buena para curar las grietas de las manos”, “esponjas finas y elixires para los dientes" o "aguas de olores".
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